La ley de la gravitación universal dice que dos objetos se atraen entre sí gravitacionalmente con una fuerza que depende de las masas de estos objetos y la distancia entre ellos.  En la carta de El Colgado, pertenece al grupo de los Arcanos Mayores y en la imagen se ve la posición de un hombre con la cabeza hacia abajo, colgado de un pie sugiere la impresión inmediata del hombre y la gravedad de los conflictos que esta relación implica.

El fenómeno de la religión es esa manifestación de la gravitación espiritual orientada hacia el centro de gravedad del mundo espiritual que es Dios.  El balance de los dos campos de la gravitación de la tierra y el equilibrio del cielo es  a la vez el beneficio y el martirio.  El Colgado vive la tensión de la soledad, que es el elemento propio de las almas sobre la  atracción de lo alto.  El  sabe que debe alejarse de las distracciones o ruidos del mundo para permanecer vigilante en su interior.  Algunos Santos fueron capturados por la atracción gravitacional de la Tierra.

Santa Teresa dice:

«Parece que el alma está en un estado tal que no hay consuelo para él desde el cielo, donde todavía vive, ni en la tierra, donde ella no está más y donde ella no desea recibir consuelo, es por así decirlo, crucificado entre el cielo y la tierra, y en su sufrimiento, no recibe auxilio ni de un lado ni del otro».

El Colgado es el punto cero entre la tierra y los campos de gravitación terrestres y los cuerpos celestes. De ese  punto cero, es que el alma se eleva en la contemplación de las cosas celestiales y divinas o desciende para actuar  en el ámbito humano. La soledad del desierto entre dos  mundos es su hogar.

La otra descripción del hombre espiritual es que el esta de cabeza para abajo. Esto significa en primer lugar que la tierra firme bajo sus pies está en la cima, mientras que la tierra debajo es percibida sólo por su cabeza. En segundo lugar que su voluntad está relacionada con el cielo y en contacto inmediato (no mediante el pensamiento y el sentimiento) con el mundo espiritual.

El Hombre Espiritual es el hombre del futuro: su causa final activa a su voluntad!  Es el hombre cuya voluntad está en lo alto,  por encima de sus facultades, es decir, hasta en su mente, su imaginación y su memoria.